CUT Bogotá Cundinamarca

Las multas e identificaciones han crecido exponencialmente en los últimos años para las organizaciones y activistas feministas. De igual manera, ha aumentado la violencia política y la violencia verbal y el acoso en lo que ya se denomina machoesfera. El último artefacto para silenciar el feminismo es el uso de las SLAPP, los pleitos abusivos y estratégicos contra la participación pública. Activistas feministas y políticas al frente de los organismos de Igualdad como Pamela Palenciano, Yolanda Domínguez o Sara Carreño, ya se han enfrentado a ellas.

“¿Y si las multitudes de mujeres maltratadas fueran canarios cuyos trinos en las minas de carbón nadie oye? ¿Y si nuestra insensibilización a la omnipresente micromisoginia nos está impidiendo reconocer una crisis en toda regla?” Son preguntas que plantea en su último libro Los hombres que odian a las mujeres Laura Bates, la creadora de la página web “Sexismo cotidiano”. No es la única que alerta sobre lo que Angela McRobbie denomina “la complejización de la reacción” refiriéndose a cómo la respuesta organizada, concertada y conservadora para desafiar las conquistas del feminismo que Faludi explicó en su libro “Reacción” se ha reactivado con la ayuda de la androesfera, también denominada manosfera o machosfera para referirse a todos los foros, plataformas, canales… que aparecieron como ámbitos de relación virtual masculina y se han transformado en lugares violentos de ataque a las mujeres en general y a las feministas en particular. Y, tal como explicara Faludi, las expertas subrayan que no se trata de casos puntuales o aislados, sino que, como indican Asunción Bernárdez y Yanna G. Fraco “podemos sospechar que existe una suerte de organizaciones informales en Internet que practican un activismo controlado, en contra del éxito del feminismo a lo largo del siglo XX”. También el Proyecto UNA, especializado en las guerras culturales, señala en la misma dirección: “Todas las subculturas que funcionaban como refugio de masculinidades tóxicas se revuelven como una bestia herida” y califican la situación actual, de emergencia.